Clean Energy Package: reto y oportunidad para nuestro sector
El Clean Energy Package, o el paquete de energía limpia de la Unión Europea, es todavía un concepto muy novedoso pero que sin duda va a tener una transcendencia fundamental en el sector eléctrico en los próximos años.
La tan nombrada transición energética supone descarbonizar la economía en favor de la sostenibilidad ecológica, principalmente electrificando la energía. El crecimiento económico requiere, a pesar de ser más eficientes, de un incremento del consumo energético que inexorablemente pasa por ser eléctrico de origen renovable.
La UE siempre se ha postulado como líder global para ello, pero hasta ahora los objetivos han sido muy discretos: no hay tiempo para más prorrogas, y los compromisos adquiridos por los EEMM para 2030 son tremendamente ambiciosos. De nosotros depende que, además, sean realistas.
Antecedentes
Según el acuerdo de París, hemos llegado al pico de emisiones de GEI. En octubre de 2014, el Consejo Europeo acordó el “Marco de actuación” de la UE en materia de clima y energía hasta 2030, y ahí es donde entra el Clean Energy Package.
La Comisión quiere que la UE lidere la transición hacia una economía baja en carbono, lo que implica reducción de emisiones de CO2 al menos en un 40% en 2030, marcando los siguientes objetivos.
- Dar prioridad a la eficiencia energética.
- Convertirnos en líder mundial de energías renovables.
- Ofrecer un trato justo a los consumidores.
Todo ello implica principalmente lo siguiente:
- Más energías renovables.
- Papel activo del consumidor.
- Nuevos usos de la electricidad.
- Digitalización de las redes.
- Mantenimiento de la seguridad de suministro.
Visto así, no conozco ningún aspecto donde el sector de las instalaciones eléctricas sea ajeno, pero siendo realistas el reto es muy alto e implica un gran esfuerzo de reconversión del sector.
Para hacer frente a una probable concentración del mercado por la ventaja de los operadores para crear nuevos modelos de negocio, las pymes del sector tienen algunas ventajas. La flexibilidad, agilidad y proximidad con el consumidor, influir en él ahora que va a tener nuevos poderes en su papel activo disponiendo de más información a través de los contadores inteligentes, el cambio de precios regulados por precios dinámicos, nuevas herramientas comparativas a su alcance y se supone que facturas más claras.
Por otro lado, contará con mayores posibilidades como autoconsumidor y agregador, formando parte de las nuevas comunidades energéticas, además de toda una serie de palancas regulatorias para facilitar e impulsar la gestión activa de la demanda. Y, por último, más protección, principalmente a través de un buen uso de los datos.
En la siguiente gráfica expongo una visión general y cuantificada del reto a un horizonte 2030 que ya ha empezado y que, insisto, no admite más demora.
Un primer capítulo de VALENCIA ES ENERGÍA que seguro que comentaremos en lo sucesivo ampliamente ante el probable mayor reto sectorial al que nos hemos enfrentado, y que tendremos que intentar que en la misma proporción convertir en oportunidad. De nosotros depende: hay que estar atentos, ser ágiles y estar preparados.
Juanjo Catalán
Coolhunter energético – Asesor de ASELEC